jueves, 24 de julio de 2008

los camarones no van al cielo


Cerca de Concepción, en la ciudad de Florida, hacen una fiesta, que se llama "la fiesta del camarón" , se premia a la persona que saca más camarones , y la que saca el camarón mas grande , después se cocinan y el público puede comprar y comer camarones, pero cuando era niña, mi papá hacía su propia fiesta, todos los días que duraba la temporada de camarones , lo menos que compraba eran 100 , se lavaban con mucho cuidado, porque estaban vivos y las pinzas son muy peligrosas, simultáneamente se estaba calentando una gran olla con un ají y sal, ¡¡¡pobres camarones no tenían idea de lo que les esperaba!!!!, un infierno mas terrible que el de Dante, en pocos minutos ya estaban rojos y listos para comerlos , y se llevaban así humeantes a la mesa.
Lo que se les come es muy poco la cola y el cuerpo solo un pequeño bocado , pero tan sabroso.......tan sabroso, para pasar el hambre hay que ser muy rápido y comerse muchos, acompañado ojala de unas ricas tortillas de rescoldo, yo era una máquina, y a mi lado empezaba a crecer una pila con los despojos, así como en los monos animados, creciendo, creciendo, y otra pila con las patas que se comían al final, ya con más calma, porque cuando uno estaba comiendo , estaba mirando el próximo, nadie hablaba porque ahí el que pestañea pierde , las patitas yo las juntaba y me comía una parte y las otras la guardaba para la sopa que venia después , ¡una maravilla !!!, verde, en realidad el color si lo pienso era muy feo, como el agua de ropa muy sucia , pero el sabor, incomparable .
Hace poco encontré en la feria y compre unos pocos ,
_aunque sea para una sopa _ me dije, pero salió una sopa con muy poco sabor, la sopa rica tenía que ser como mínimo 100 camarones .
Antes de cocinarlos, mi padre tenía un lugar donde marcaba:
día 2 ----150 camarones;
día 3 -------200 camarones
y así hasta que llegó un invierno a 5000
Era una gran alegría, para todos cuando esta temporada empezaba, y llegaba al otro día con camarones nuevamente y al otro día y el siguiente y mi mamá se empezaba a poner seria, porque no estaba bien todos los días, para evitarse el sermón mi papá llegaba con el cuento:
_ había una viejecita , vendiendo ......y me dio tanta pena _
y nuevamente al otro día:
_había un pobre niñito, temblando de frió ....... y yo se los compré de pura lástima no más_
Hasta que, en cuanto aparecía en la puerta, mi mamá se adelantaba , y
_ ya no me digas nada ...estaba la pobre viejita, con el pobre niñito ......y me dio tanta pena.......
y mi papá pasaba calladito y la olla ya estaba a punto con sal y el ají hualpe, hasta que apareció la palabra colesterol en su vida, y colorín colorado este cuento se ha acabado
.

No hay comentarios: